1. El síndrome del oso panda (2)


    Data: 01/05/2021, Categorie: Sesso di Gruppo Autore: Vero_y_Dany

    ... pasión.Ella no había cenado, pero no quiso vestirse ni ir a ninguna parte, de manera que arrasó con las galletitas saladas y los peanuts del minibar, regados por uno de los dos minis de champagne que encontramos.Y todo el tiempo se mantuvo desnuda ante mi vista, sin pretender en ningún momento cubrirse con la sábana al abandonar la cama, como hacen las actrices en las películas. Se comportaba con la misma naturalidad que si hubiera estado vestida.Nos duchamos juntos, utilizando el pretexto de enjabonarnos mutuamente como un medio de recorrer cada recoveco y cada pliegue de nuestros cuerpos.De rodillas ante ella, le conseguí un nuevo orgasmo con la boca. Una vez apaciguada momentáneamente, llenó la bañera, en la que vertió la totalidad del frasco de sales de baño cortesía del hotel, y me pidió que trajera el otro mini de champagne y las copas.Bebimos el líquido burbujeante sumergidos en el agua perfumada. Luego se las apañó para masturbarme utilizando solo los pies, consiguiendo que mi pene despertara de nuevo.Cuando el agua se enfrió, nos secamos mutuamente, y nos fuimos de nuevo a la cama. Ella extendió una toalla de baño, y me pidió que me tumbara encima de la felpa. Vertió sobre mi vientre la mayor parte del contenido del frasquito de aceite corporal, también cortesía del hotel, y le extendió por mi erección y mis muslos. Se sentó sobre mis ingles, e inició un enloquecedor movimiento arriba y abajo, haciendo deslizar su vulva sobre mi pene resbaladizo, con las manos en ...
    ... mis hombros. Y yo no perdí ocasión de acariciar sus pechos, o recorrer con mis manos todas las partes de su cuerpo que me eran accesibles en aquella postura.Tiempo después de que sus movimientos sobre mi cuerpo consiguieran devolverme la erección, la penetré nuevamente, y en esa ocasión, todo fue suave y tranquilo, hasta que en un momento dado la invadió de nuevo uno de sus orgasmos. Su cuerpo convulsionó sobre el mío, arrancándome una nueva eyaculación. Finalmente, sus contracciones se disiparon, tras muchos segundos en los que ambos nos mantuvimos en la meseta de nuestro placer.Hubimos de meternos de nuevo en la ducha. Después nos introdujimos entre las sábanas, y estuvimos abrazados hasta que ella se quedó dormida. Solo entonces me abandoné yo también a un sueño reparador, sin pesadillas ni remordimientos.Pasamos casi todo el domingo en la cama, de la que únicamente salíamos para comer rápidamente algo en la cafetería del hotel; y lo hicimos en todas las posiciones que yo conocía, más alguna que me enseñó ella.Pero llegó el lunes, se reanudaron las clases, y todo volvió a su rutina habitual: clases, comida acompañados de los otros tres, más clases, paseo y visitas turísticas con Albert, durante las que tratábamos de no delatar con nuestra actitud hacia el otro lo que había entre nosotros.Y esa noche y las que le siguieron, acabada la cena, tras despedirnos formalmente en la puerta de su habitación, y entrar cada uno en la suya, esperábamos un rato para asegurarnos de que no ...